sábado, 28 de enero de 2012

Timbales

La clásica llamada a las 19hs, desde que los mails no entran ni salen del satelital, confirmó que llegaron  hoy 27 de enero a la estación Timbales, el puesto que la Armada Chilena tiene en lo que se considera la entrada al Canal Beagle que se abre en dos grandes brazos.

 Alcaídia de Mar Timbales, mas propiamente dicho, es el primer contacto con civilización desde el inicio del viaje en kayak, el domingo 15 de enero.

Nunca pensamos que se constituiría en un fantástico oasis en medio de la travesía.

La Armada chilena vela y controla las aguas de su jurisdicción muy bien. En medio de la nada, de lugares muy apartados que ven pasar escaso tráfico, veleros, o buques de turistas, el hombre apostado allí tenía claro conocimiento de los kayakistas argentinos que andaban por la Península Brecknock, de los que en algún punto "se perdió rastro" cuando el dispositivo SPOT dejó de emitir una señal clara.

 Recibí un mail pidiéndome información de ellos, de su posición. Por un trámite de rigor pendiente, el renovar la autorización a navegar en kayak en la ruta que,  de ahora en más, pertenece a la jurisdicción de Puerto Williams en Isla Navarino.

Pero Timbales escondía algo mucho más especial,  con un fin  más reconfortante para todos.

Un cálido  recibimiento en medio de días previos tempestuosos. La calidez de una comida hecha en casa. El ofrecimiento de un baño caliente. La meta de atender y brindar comodidad, reconfortar. Brindar. La posibilidad de sentirse un poco más cerca del hogar, en el medio de la nada.

La bisagra en el mapa, entre la zona hostil, mustia, fría y húmeda y la vida, color, de las montañas otra vez...














"Te dejo porque me están esperando para tomar la leche". Un sencillo detalle que marca la diferencia. Algo a lo que ordinariamente no prestamos atención. No se agradece ni se mide apropiadamente.

Cuánto se puede aprender en un viaje como este. Con sólo poner distancia.

Un detalle, una caricia que rescata la moral del kayakista.

Golpeado por los vientos increíbles del Brecknock.

Mojado hasta los huesos por días de lluvia constante dentro y fuera de la carpa, que ningún ser humano podrá asimilar como en piloto automático.

Simplemente carcomen y oradan de a poco el espíritu.

 Timbales: el oasis que marca el punto de inflección que debería figurar en los mapas, por lo menos para el kayakista aventurado por estos lugares, por lo menos para el que entiende que más allá de la aventura y los relatos de viajes en lugares hinóspitos, el calor humano es el que realmente nos hace verdaderamente grandes...

Monica Aramburu

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